La pasión de Jaime por el rugby llegó gracias a su hermana Begoña, que practicaba este deporte. “Está viviendo un sueño que me hubiese encantado vivir”, admite una orgullosa hermana Begoña. Por otra parte, Chiti, la madre de Jaime, confiesa que prefiere no ir al campo por lo mal que lo pasa cuando va a verle a jugar. “Soy quien soy gracias a mi familia”, comentaba el capitán, quien no se olvida que el verdadero héroe de su casa es su padre.