Además de probar la dureza del entrenamiento en el gimnasio, donde Ona Carbonell pone su físico al límite caminando sobre sus empeines o dislocando sus hombros, Rafa Lomana acepta el reto que la capitana del equipo olímpico de natación sincronizada le propone. El presentador deberá aguantar la mitad de tiempo que la nadadora sin respirar debajo del agua.