Cassandra no nació así, fue diseñada así y se considera la Jessica Rabbit de carne y hueso. Nació niño y desde pequeña ha sentido que Jessica Rabbit era “el paradigma de la mujer”. Era exactamente lo que ella quería ser y empezó poniéndose silicona en las mejillas, en los labios, en las caderas y en los glúteos y también, se redujo la tráquea “porque con una pastillita no consigues todo esto”. Lo único que le falta a Cassandra para sentirse la auténtica Jessica Rabbit es operarse la nariz y para ello recurrió a los doctores Dubrow y Nassif.
Cassandra dejó a los cirujanos plásticos de ‘Chapuzas estéticas’ sin palabras al pedirles que le sujetaran la zanahoria y demostrarles que no mentía cuando aseguraba que era “la Jessica Rabbit de carne y hueso”. Para que supieran algo más sobre ella y sobre las operaciones a las que se había sometido, Cassandra contó a los doctores que se había “operado el botón hacía dentro”, una forma peculiar de explicar que se había sometido a una operación de cambio de sexo “no sé si tendríais un perrito caliente antes, pero te lo cortan, lo trocean y te lo empujan para dentro. Suena doloroso y creerme que lo es”.
Tras conocer a Cassandra y realizarle un examen a su cuerpo, los doctores Dubrow y Nassif vieron viable extraerle a la paciente un trocito de costilla para implantársela en la nariz y conseguir una nariz más grande que le ayudara a respirar mucho mejor. Sin embargo, la paciente no estaba dispuesto a tener en su cuerpo algo más grande “la idea es que todo vaya a más pequeño”. Cassandra respetó la opinión de los doctores y les aseguró que si cambiaba de opinión volvería pero de momento para ella “la belleza es dolor” y le da igual que una nariz más pequeña no le permita respirar bien.