Entramos en la casa maldita de Antonio Grilo, la calle con más muertos por metro cuadrado de todo Madrid

bemad.es 20/11/2018 18:45

De la mano del historiador Juan Carlos González de Carpetania, ‘Callejeros’ se introdujo en el barrio más moderno de Europa, en el barrio de Malasaña. Un barrio que hasta que la libertad hizo estallar la famosa Movida madrileña, era conocido con el nombre de Maravillas. Un barrio lleno de misterios que alberga la calle Antonio Grilo, la calle de Madrid con más muertos por metro cuadrado.

“Esta calle que es muy sombría, pequeña pero matona ya en el siglo XVIII acoge su primer crimen”, así nos presentaba Juan Carlos a la calle Antonio Grilo, la calle que comenzó su crónica negra con el famoso crimen de Las Beatas y que durante el siglo XX fue testigo de multitud de crímenes múltiples que llenaron las páginas de sucesos de la época.

El más sonado de los crímenes acontecidos en la calle Antonio Grilo fue el parricidio del sastre el 2 de Mayo de 1962: “Un sastre mata a su esposa y a sus cinco hijos antes de suicidarse”. Aquel hombre se llamaba José María Ruiz Martínez, tenía 45 años y vivía en 3ºD del número 3 de la calle Antonio Grilo junto a su mujer de 40 años y sus hijos de 14, 12, 10, 5 y 2 años. Un terrible asesinato que conmovió a la sociedad porque el sastre mató a cada uno de los niños de forma diferente (Con un martillo, un cuchillo, una barra, una pistola…) sacó al balcón los cadáveres, gritó para que los vecinos supieran que los había matado ("¡Los he matado a todos!", "¡Los quería mucho!" y "¡Aquí están!") y posteriormente se suicidó. Según cuentan los vecinos, el sastre estaba arruinado y decidió matar a su familia antes de que pasaran penurias.

Acompaña a ‘Callejeros’ dentro del interior de la vivienda del sastre

Diez muertes violentas en tan solo 20 años en la casa maldita

Corría el mes de noviembre de 1945 cuando la policía encontró en el 1º D el cuerpo sin vida de Felipe Breña Marcos, un camisero de 48 años. El cuerpo presentaba un fuerte golpe en la zona posterior de la cabeza con un candelabro y el móvil apuntaba a un robo común que sigue sin culpable.

Tan solo 3 años después, en septiembre de 1948, otro vecino aparecía muerto en su cama con la cabeza destrozada. Un ajuste de cuentas, anotó la policía en su informe.

La víctima número 10 del siglo XX en la denominada casa maldita fue el hijo recién nacido de Pilar Agustín en abril de 1964. El padre encontró al bebé estrangulado a manos de su madre con el fin de “ocultar su deshonra”. Son muchas las leyendas que corren respecto a este brutal asesinato, unos aseguran que encontraron al bebé colgado de una percha y otro que estaba escondido dentro de uno de los cajones de la cómoda.

La leyenda negra de la calle Antonio Grilo va mucho más allá

La crónica negra comenzó a apoderarse de la calle Antonio Grilo cuando todavía se la conocía como la calle de Las Beatas en el siglo XVIII. Un hombre aparecía asesinado en mitad de la calle y el rastro de sangre llevaba a las autoridades hasta las iglesias cercanas. Realizadas las pesquisas pertinentes se concluyó que el hombre muerto era un hortelano vecino del barrio que amenazaba al cura de San Martín con hacer público su “amistad especial” con una muchacha.

El 28 de julio de 1861, un sicario enviado por su marido acabó con la vida de Carlota Pereira en la sangrienta calle. No se tiene constancia de que perpetrara ninguno de sus crímenes en Antonio Grilo pero sí que uno de los asesinos más conocidos del Madrid franquista, Jarabo, que fue visto en la cafetería Nápoli (en la esquina con San Bernardo) bebiendo cerveza con coñac, posiblemente la noche de su famoso asesinato.

Un cementerio de fetos bajo una bodega

Durante su paseo junto a ‘Callejeros’, el historiador Juan Carlos González nos habló del hallazgo de un cementerio de fetos de bebé en las cuevas de la bodega que se encontraba en el número 9 de la sombría calle. Se encontraron alrededor de un centenar de fetos humanos, lo que sacaría a la luz la existencia de una clínica de abortos clandestina de la postguerra.