¿Sabes dónde están las joyas arquitectónicas más peculiares de España?

¿No has adivinado todas? Tranquilo, España tiene un gran legado cultural y muchas joyas arquitectónicas ocultas. Comencemos por Gaudí. Bien es conocida su obra en Cataluña, y concretamente en Barcelona, por ello ‘La Pedrera’ no podía faltar en esta visita cultural por nuestro país. Actualmente es una de las atracciones turísticas más transitadas de la capital catalana, aunque cuenta con turistas muy especiales que residen allí todo el año: los residentes de los pisos que viven en este edificio realizado en honor de la virgen María y que poseen entre 300 y 600 metros cuadrados, y donde vive nuestra protagonista con su hija y sus nietos desde que hiciera el primer pago por 25.000 pesetas.

Pero, a cientos de kilómetros de la costa catalana nos encontramos con dos tesoros ocultos del Modernismo de Gaudí: el Capricho, localizado en la costera localidad cántabra de Comillas y cuyo patrimonio está, desde 1990, en manos de dos hermanos japoneses, que heredaron de su padre y el Palacio Episcopal de Astorga (León), con aires semejantes al Neuschwanstein de Alemania (sí, ese que dicen que inspiró a Walt Disney).

De las joyas modernistas nuestro reportero Lucas se traslada a la capital. En Madrid podemos encontrar arte mucho más allá de los grandes iconos arquitectónicos de la ciudad.

Ensanche de Vallecas: primera parada. Alejado del centro, cúmulo del arte de la ciudad, encontramos un peculiar bloque de pisos verdes, con un interior que se asemeja al más puro ‘Orange is the New Black’. Aunque de apariencia desagradable para algunos, vivir allí no resulta nada económico, pues la vivienda ronda los 120.000 euros.

También en Vallecas podemos encontrar la ‘Calle Arte Minimal’, caracterizada con grandes bloques recubiertos de metal de distintos colores, y que acoge a varias familias como las que nos enseña el interior de su peculiar hogar.

Un poco más al este de Madrid nos encontramos con la ‘Casa de la Juventud de Rivas’. Un diseño realizado por arquitectos en colaboración de varios jóvenes que ha hecho de un gran bloque de colores llamativos un lugar de ensayo y reunión.

En último lugar y no por ello menos importante: la Embajada Francesa en Madrid, realizada en 1776 y en pleno Barrio Salamanca. ¡Oh la la!

En un viaje al noreste peninsular nos encontramos con un Partenón particular en la localidad turolense de Cedrillas. Lo que ha sido confundido muchas veces con un museo o una ermita, es una casa particular que nos recuerda a la obra más famosa de la arquitectura griega.

En un viaje al sur descubrimos la que podría ser la casa de Vilma y Pedro Picapiedra: una cueva de hormigón armado, con una amplia gala cromática y que cuenta con 4.000 metros repartidos en una casa principal y dos bungalows y valorada en un millón de euros. Además sus creadores aseguran que su estructura garantiza protección contra la radioactividad y la contaminación por ondas electromagnéticas.

Hormigón, hierro y ladrillo cerámico: estos son los ingredientes de una enorme bola alicantina que ocupa el último lugar de este ranking. Es una casa, es un bar y también un camping.