Corría el año 1947 cuando ingeniero holandés Ben Pon tuvo la genial idea de fabricar el que hasta el momento se ha convertido en el modelo más longevo de la marca. Este dejó volar su imaginación después de tropezarse casualmente con un vehículo que los trabajadores de la planta alemana de Wolsfsburg habían transformado para poder transportar las planchas pesadas de un punto a otro de la nave. Un primer paso que haría historia.
Poco a poco la Transporter comenzó a combinar el transporte de carga y pasajeros, y la empresa Westfalia tuvo la revolucionaría idea de convertirla en un pequeño apartamento sobre ruedas. Una idea que tuvo un éxito abrumador y que además, de convertir a la Vokswagen Westfalia en un icono de la comunidad hippie de los 60, convirtió a la Transporter en un objeto de culto.
En 1951 salió a la venta el modelo Camping Box que contaba con una cama plegable en su interior, un modelo que fue evolucionando con nevera, bar y un techo elevado, pero que no fue casi perfecto hasta que llegaron al modelo Camping Box S042. Un modelo con techo desmontable, baño, mosquiteras, nevera, horno y hasta una carpa o toldo exterior. ¡Una auténtica minicasa sobre ruedas!
Otro salto importantísimo en la evolución de la V.W. fue el momento que se eliminó el parabrisas doble con el modelo Kombi T2. Un modelo mucho más seguro que se estuvo fabricando en Brasil hasta 2013.
A puntito de aterrizar en los años 80 salió al mercado la Transporte T3, que aunque mantenía el motor de aire y la tracción trasera ya decía adiós a la estética hippie que le había convertido en todo un símbolo de la aventura. En 1990 se produce un nuevo cambio estético y funcional con el modelo T4 en el que el motor y la tracción pasan a la parte delantera y convierte desde ese momento a la Transporter en el vehículo comercial de transporte más utilizado.
Sea el modelo clásico o el último modelo que ha salido a la venta, la Volkswagen Transporter sigue siendo sinónimo de aventura y que cuenta con auténticas viviendas asombrosas en su interior.
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