1. Controla los tiempos y descubre cuándo tu perro va a querer ir al baño. El tracto digestivo canino que es extremadamente rápido y entre 5 y 30 minutos después de que el cachorro coma, querrá defecar.
2. Busca un lugar apropiado. Cuando todavía es cachorro es aconsejable que cuente con un lugar para hacer sus necesidades donde se sienta seguro, huela y sea conocido para él.
3. No le presiones ni hables con él. Tu estado de ánimo puede influir en el suyo y si le presionas puede que se estrese. Es mejor, no mantener ninguna conversación con él en ese momento y de hacerlo que sea con una voz calmada.
4. Establece unos horarios y conviértelos en costumbre. Llévale todos los días y a las mismas horas al lugar que has elegido. Debes hacerlos cada dos o tres horas, 20 minutos después de que coma y no olvides tener en cuenta que si ha estado durmiendo es muy probable que al despertar necesite hacer sus necesidades.
5. Premia su comportamiento. No es necesario montar una fiesta, pero una caricia, una felicitación o una pequeña golosina servirán para que sepa que esa es la actuación correcta.
6. No le castigues si lo hace mal. Es aconsejable que el cachorro no pueda asociar ninguna actitud negativa a sus necesidades corporales, permanece tranquilo y positivo, y conduce al cachorro con calma al sitio en el que debería haber hecho pis.
7. No dejes que este proceso nuble lo bonito de la situación. No estamos ante un proceso permanente, es un trabajo extra durante unas semanas para que el perro se acostumbre a su nuevo hogar. No dejes que una tensión innecesaria sobre un proceso tan natural oculte la alegría de la etapa de cachorro de tu perro.
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